
La movilidad ha sido un tema primordial para la humanidad desde su nacimiento hace más de cien mil años. Se entiende esta relevancia por la condición de ser social que posee el ser humano en sus genes. Tal es su importancia, que la capacidad de movernos y las formas en la que lo hemos hecho han jugado, a lo largo de la historia, un papel trascendental en el auge y la caída de numerosas civilizaciones. Y esto se ha dado debido a que la movilidad no sólo implica la manera en la que nos desplazamos de un punto a otro, sino que implica todo un conjunto de elementos fundamentales tras de sí.
Implica, por ejemplo, la diseminación de un idioma o de una idea. La estructura de nuestra sociedad y sus prioridades se muestran directamente en la forma en la que nos movemos. Este bagaje que conlleva el análisis de las distintas maneras de movilizarnos es especialmente notorio en las ciudades. De esta manera podemos decir: “dime cómo te mueves y te diré qué tipo de ciudad eres”.
Ciudades patrimoniales
Innumerables son las ciudades consideradas patrimoniales a lo largo y ancho de este mundo. Con casi igual número de características que las hacen únicas por lo que establecer un modelo único de movilidad no es más que una quimera disparatada. Múltiples son las cualidades que debe poseer un sitio, en este caso una ciudad, para ser considerada como patrimonial. En este análisis utilizaremos los criterios generados por la UNESCO para declarar un sitio como “Patrimonio de la Humanidad” ya que son premisas utilizadas a nivel mundial por lo que son el patrón a seguir. Estos criterios los numeramos a continuación:
I. Representar una obra maestra del genio creativo humano.
II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura, tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico.
III. Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida.
IV. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana.
V. Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando este se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.
VI. Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal.
VII. Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional belleza natural e importancia estética.
VIII. Ser uno de los ejemplos representativos de importantes etapas de la historia de la tierra, incluyendo testimonios de la vida, procesos geológicos creadores de formas geológicas o características geomórficas o fisiográficas significativas.
IX. Ser uno de los ejemplos eminentes de procesos ecológicos y biológicos en el curso de la evolución de los ecosistemas.
X. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas de destacado valor universal desde el punto de vista de la ciencia y el conservacionismo.
Cabe indicar que los seis primeros criterios son culturales y los cuatro siguientes son naturales. El sitio elegido debe poseer al menos una de estas características y ser considerado un sitio de valor universal excepcional. En el caso de Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca, la ciudad cumple con los criterios II, IV y V.
Imagen N°1: Catedral de la Inmaculada y el Parque Calderón. Parte del centro histórico de la ciudad de Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Fuente: Autor
Al ser consideradas como ciudades con un valor excepcional para la humanidad, estas ciudades deben priorizar el cuidado de su patrimonio por lo que poseen ciertas restricciones en su planificación urbana y las alternativas que manejan, al momento de planificar la movilidad en su seno se reducen.
El caso de Cuenca
Fundada por conquistadores españoles en 1557 como Santa Ana de los Ríos de Cuenca, la ciudad de Cuenca es una ciudad intermedia, ubicada en un valle interandino a 2.500m. Posee alrededor de medio millón de habitantes y se asienta sobre lo que alguna vez fueron las ciudades de Guapondélig y Tumipampa, por lo que su historia se remonta más allá de 1557.
Imagen N°2: Panorámica del Complejo Arqueológico Pumapungo, asentamiento cañari e inca ubicado en la ciudad de Cuenca. Fuente: Autor
La Cuenca moderna ha buscado adaptarse a las nuevas formas de movilidad a lo largo de las centurias. El primer automotor llegó a la ciudad en 1912 y desde esa fecha, hasta ahora, las calles céntricas, estrechas y empedradas, propias para la utilización de carretas y caballos, han sufrido ligeras variaciones. Los cambios más notorios se han dado indiscutiblemente en la periferia del centro. Esto se ha dado principalmente por el aumento galopante de la población cuencana lo que generó una ciudad definida claramente entre un centro compacto y bien delimitado y una periferia, que lejos del desorden propio de una metrópolis, se ha ido extendiendo en los terrenos de las que alguna vez fueron haciendas o residencias de campo de la clase acomodada cuencana.
Imagen N°3: Primer plano de la ciudad de Cuenca según su acta fundacional en 1557. Fuente: GAD Municipal de Cuenca
Este crecimiento poblacional galopante ha conducido que a día de hoy Cuenca sea la ciudad con mayor densidad poblacional de Ecuador. Sumado a esto se puede decir que es una de las ciudades con mejor calidad de vida en el país. De estructura compacta debido a que se asienta en un valle rodeado por montañas, la ciudad históricamente fue ideada para caminar por lo que las distancias entre sus distintos puntos, en su mayoría no son grandes ya que esta misma estructura geográfica ha encapsulado a Cuenca, reduciendo su área de expansión. Sin embargo, Cuenca es la ciudad con mayor número de automóviles por persona en Ecuador. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Muchas son las respuestas a esta interrogante, entre ellas podemos citar por ejemplo los altos niveles de ingresos, una clase media sólida y fortalecida o la generación de nuevas ciudadelas en las periferias de la ciudad.
Imagen N°4: Cuenca está caracterizada por tener un centro histórico compacto con una periferia relativamente ordenada. Fuente: Autor
Esta enorme cantidad de automotores presentes -alrededor de cien mil- genera problemas igual de grandes. Un centro histórico declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad, como hemos citado anteriormente, diseñado para peatones y carretas ha tenido que soportar embotellamientos, paso de transporte pesado como autobuses y todo lo que esto trae consigo. El transporte público que recorre la ciudad ha evolucionado relativamente poco con el paso de los años.
Actualmente existe un sistema de autobuses -a diésel- que se dividen en dos troncales y en rutas independientes. Muchas de estas rutas no se han cambiado en décadas por lo que se necesita una readecuación de este sistema, con nuevas rutas, cambio de unidades y un mejor servicio.
Imagen N°5: El tráfico generalizado marca la cotidianidad en la ciudad de Cuenca. Fuente: Diario La Tarde.
Sobra decir que en un espacio tan compacto e invadido por automotores no existe espacio para la movilidad alternativa. Las últimas administraciones municipales han generado algunas alternativas en este punto. Se han generado ciclo vías, sin embargo, éstas, en su gran mayoría, están más dirigidas hacia el esparcimiento y el deporte que hacia la movilidad cotidiana. Ninguna recorre el centro sino más bien siguen las riberas de los cuatro ríos que atraviesan la ciudad.
Imagen N°6: Ejemplo de ciclo vía cuencana, la mayoría recorre el trayecto de alguno de los numerosos ríos que atraviesan la ciudad. Fuente: Autor
Es en este contexto que en los últimos años se propuso un nuevo sistema de movilidad masiva: el sistema de tranvía eléctrico denominado Tranvía 4 Ríos. El tranvía conectará el sur residencial de la ciudad con el norte industrial, pasando por el centro histórico.
Imagen N°7: Un par de unidades parte del Tranvía 4 Ríos. Fuente: GAD Municipal de Cuenca
El sistema contará con 12 unidades operativas y 2 en reserva, con capacidad transportar 280 personas cada una y se espera que cumpla su recorrido de 20,4 kilómetros -ida y vuelta- en 35 minutos. A lo largo de la ruta tendrá 27 estaciones. Diariamente se prevé que transporte a alrededor de 120.000 pasajeros diarios y un aproximado de 39 millones de personas anualmente. La ruta a seguir ha sufrido numerosas críticas, una de las principales es el hecho de que no pase por ningún centro de estudios universitarios.
Otra de las observaciones que recurrentemente se da al sistema es que este no logrará solucionar los problemas de tránsito y movilidad que agobian a la ciudad. Sin embargo, pese a esto, es necesario remarcar que la UNESCO ha dado su visto bueno para la construcción de este sistema junto con ciertas consideraciones a tener en cuenta durante el mismo.
Imagen N°8: Recorrido del Tranvía 4 Ríos. Fuente: GAD Municipal de Cuenca
Por el momento la construcción del tranvía genera -como casi todas las obras públicas cuando se construyen- problemas. Remarcar el hecho de que el cierre de vías en un espacio tan compacto y transitado como el centro histórico genera embotellamientos aún más grandes que los que se presentaban anteriormente está por demás.
Imagen N°9: Parte del trayecto del Tranvía 4 Ríos en el centro histórico. Fuente: Autor
Finalmente, a modo de conclusión, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que patrimonio y movilidad van de la mano. Sin embargo, una sola estrategia no solucionará los problemas más grandes y agudos. En el caso de Cuenca, el tranvía eléctrico no solucionará muchos problemas por sí sólo. Esta estrategia debe enmarcarse dentro de un programa integral de movilidad.
Este sistema debe contemplar tanto la movilidad motorizada, movilidad alternativa y el sistema de transporte masivo. Para lograrlo es necesario un análisis muy profundo para conocer la ciudad. Esto nos deja un interrogante fundamental ¿Los nuevos sistemas de transporte mejorarán la movilidad en Cuenca? Sólo la experiencia lo dirá.
Carlos Quizhpe Parra
por la ciencia y la relación entre lo urbano y lo ambiental.
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